martes, 20 de marzo de 2007

La culpa de todo la tiene la publicidad.



Hace unos años ocurrió un fatal accidente en la esquina de Aragón con Paseo de Gràcia de Barcelona: un conductor se distrajo, supuestamente, con un provocativo cartel del Fashion Café y mató a una adolescente que esperaba para cruzar la calle. Una locutora de radio me llamó esa tarde para que diera, en directo, mi opinión sobre el suceso. Pero no mi opinión acerca de la efectividad o no de las campañas de Tráfico, sino de la “culpabilidad o inocencia” del cartel en cuestión. Yo, irónicamente, dije que efectivamente la culpa la tenía la publicidad y no el “pobre” conductor, que no había podido quitar los ojos de él. Pero agregué: Por la misma razón que sugieren eliminar la publicidad en la vía pública, eliminemos también los árboles, porque distraen a los conductores, y los edificios de Gaudí y la gente guapa y, puestos a quitar, quitemos también los semáforos, porque esas luces de colores, a mi, particularmente, me distraen.
Echarle la culpa de todo a la Publicidad, es más fácil y barato que formar buenos conductores. O educar para la igualdad entre hombres y mujeres. O combatir el turismo sexual y la pedofilia con medidas drásticas y eficaces. O eliminar de la televisión las películas sangrientas que incitan a la violencia… mucho más que cualquier anuncio.
Hace unos días, la polémica publicitaria del año fue la retirada de las campañas de Dolce & Gabbana y Armani Junior. De la primera, además de machista, opino que es gratuita y antiestética. De la segunda, en cambio, pienso que todo lo que se ha dicho de ella es exagerado y retorcido: una cosa es ser sensible a una lacra como la pedofilia y otra cosa es ver malicia donde no la hay.
El vídeo que ofrezco hoy tiene que ver, precisamente, con esta práctica de demonizar la publicidad que se está instaurando en nuestra sociedad, tan controladora con los anuncios y tan descontrolada en la vida real.
Es la entrevista a los responsables de Bocatta, de Sra. Rushmore, y su “cruel campaña contra la imagen de la gente de campo”.

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