Vale, yo había prometido utilizar esta bitácora para colgar las mejores entrevistas emitidas en mis programas de TV, pero al ver la otra noche el último spot de Seat, cuyo texto y voz en off pertenecen a Julio Cortázar, sentí la necesidad de reflexionar y escribir algo al respecto.
Siempre me pareció pretencioso y grandilocuente el título de “creativo” para definir a los que tenemos el oficio o profesión de creadores de anuncios. Me parece una apropiación indebida, especialmente cuando no la utilizamos para definir nuestro trabajo dentro de la publicidad, es decir, para distinguirlo del trabajo de Cuentas o de Medios, por ejemplo, sino para definirnos a nosotros mismos frente a otras profesiones:
_ Yo soy Neurocirujano, ¿Y tú?
_ No, yo soy Creativo!
_ Ah! ¡Qué interesante!
Siempre me he preguntado: Si nosotros somos los Creativos, ¿Cómo deberíamos definir a Dalí, a Shakespeare, a Beethoven, a Da Vinci o a tantos otros creativos sin título, que nos han dejado obras más relevantes y perdurables que un simple spot de televisión, aunque -pobres- nunca hayan ganado un León en Cannes?
Conocí a Cortázar a los 12 años, cuando le pedí a mi padre que me recomendara un libro interesante y divertido. Después de recorrer con el dedo varios estantes de su enorme biblioteca, eligió una edición de bolsillo de Rayuela y me dijo: Sé que Cortázar te va a gustar. Nunca le perdoné a mi padre que, a esa edad, me hiciera pasar de La Isla del Tesoro a Rayuela, sin haber contado, antes, mis neuronas. Pero, por otro lado, nunca le estaré suficientemente agradecido por haberme convertido en un apasionado lector de Julio Cortázar.
Con este anuncio de Seat León, creado por la agencia Atlético Internacional, siento algo parecido. Por un lado, me cuesta aceptar que la Publicidad utilice, para vender productos, la obra de un autor que hoy podríamos definir como “antisistema”, pero, por el otro, me produce una cierta satisfacción el constatar que no todos los publicitarios ni todos los anunciantes consideran tontos a los consumidores y van más allá de una simple y repetida frase vendedora.
A mi, personalmente, el spot me gusta. Sólo falta saber, primero, si la idea “vende” el Seat León, segundo, si el público objetivo sabe quién era Cortázar y, tercero, qué opinaría éste al ver que su “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj” lo ha convertido en creativo… publicitario.
Compartir